¿Les ha pasado, queridos clientes de mi mecánica, que de repente se quedaron solteros y decidieron hacer algo para ustedes mismos, como inscribirse en un gimnasio, volverse “workoholics” y devorar libros de autoyuda?
¿No les ha sucedido también que apenas encuentran una pareja el “gym” pasa a segundo plano, de doce horas de trabajo vuelven a la jornada laboral de ocho, y los libros de inteligencia emocional, consomés para el alma y leyes universales del éxito integran una columna polvorienta en algún rincón de la casa?
El punto aquí es darnos algo que nos nutra, estémos o no emparejados. No puede ser que nos queramos únicamente cuando los demás no nos prestan atención. Si eso es lo que te sucede estimado cliente de mi mecánica, vives una dependencia de los otros para recibir amor. La vida tiene momentos de companía pero también de soledad y debemos estar preparados para afrontar estos últimos con alegría y una actitud constructiva.
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