Visitantes de este zaguán/güeb,
Aquí les mando alguna información banal acerca de mis amig@s –favor consultar en este sitio “Los amig@s del mecánico”-, lo que en el mundillo de las revistas del corazón se llama “chismografía”. Ojalá que les guste esta selección de aspectos irrelevantes sobre la vida, obra y gustos de los miembros del “Club de los Corazones Accidentados”.
Con dulzura,
E.M.A.
1. ¿Qué clase de chicas le gustan al “El Hombre Impermeable”?
A él le gustan chicas en extremo atléticas, yo les llamo mujer tipo “clase de anatomía” porque a el hombre de la piel eternamente humectada le encanta apreciar “el músculo en funcionamiento”. Este amigo mío sale con flacas re-flacas que bien podrían estar posando en las páginas centrales de una enciclopedia médica. Es muy tierno con ellas y sueña con grabar en su compañía comerciales de ropa para deportes extremos.
2. ¿Qué aspectos deben considerar los pretendientes de Margarita “La Chica Intermitente” en caso de quererle dar un beso?
En vista de que Maggie es bien indecisa y las pausas entre un “sí” y un “no” pueden durar poquitos nanosegundos (ver “Nota A”), conviene que la cita se lleve a cabo al interior de un acelerador de partículas (ver “Nota B”) con la alta tecnología requerida para saber cuándo darle el beso. Eso sí, una vez que los instrumentos indican que ha llegado el momento, el galán debe acercarse con la agilidad de una cobra porque puede, y ha pasado, que Margarita cambie de parecer ya con el “pedido en camino” y el chico termine besando la pared.
Nota A: Segundo de duración ínfima.
Nota B: De acuerdo a la Wikipedia los aceleradores de partículas pueden ser: “(…) grandes instrumentos que permiten explorar el mundo de lo infinitamente pequeño, en búsqueda de los elementos fundamentales de la materia.”
3. ¿Cuál es la principal fuente de distracción de Camila “La Mujer Hipertextual” al momento de conversar vía Skype con su víctima –novio-?
Una de las debilidades de Camila es quedarse encantada mirándose en el recuadro de la pantalla que le corresponde. Al darse tal situación, Camila empieza a admirarse como en un espejo, ensayando cuál puede ser el ángulo que más le favorezca para tomarse una foto. De no darse cuenta la víctima -el novio- de lo que sucede, puede que el encuentro virtual termine en sesión fotográfica del fulgurante rostro de Camila.
Deja una respuesta