Delicados corazones de seis cilindros,
Este mecánico servidor de la comunidad en línea también lee los periódicos y ha estado siguiendo el rescate de nuestros hermanos mineros en Chile. Celebro que todo haya salido bien y que tal evento sea motivo para unir a esa nación.
Como ya es de conocimiento de ustedes, las cosas del amor también se entrecruzaron con este dramático episodio. La calamidad subterránea puso en evidencia en la superficie que algunos de los mineros estaban haciendo un “full time” con sus esposas y a más de eso unas “horas extras”, incluso un “part time”, con unas ‘amiguitas’ por ahí.
Algunos vecinos de mi barrio -que no tienen nada que ver con la actividad minera, peor con trabajar duro- justificarían tal comportamiento con un enfático “!Es que son hombres!”. Lo ideal sería que no hubiesen hecho eso, pero al parecer aquella capacidad de autocontrol sólo abunda en alguna dimensión paralela a la realidad donde habitan los unicornios, las hadas madrinas y ahora vive un merecido retiro nuestro adorado “Topo Giggio”, de paso, aquí su tierna efigie:
Yonny Barrios, apodado el “doctor”, y parte del grupo de los 33 mineros atrapados, tiene –o a estas horas podemos decir que “tenía”- una esposa, Marta Salinas, y también frecuentaba a otra dama llamada Susana Valenzuela. Esta situación empeoró porque las dos se conocieron a resultas de lo que le pasó a Yonni.
En el supuesto de que Yonni hubiese sido recibido por sus dos mujeres, mis amig@s y yo pensamos en la posibilidad de sugerirle que le pida prestado a “El Hombre de la Máscara de Hierro” uno de sus “llamativos cascos metálicos”, como suele referirse a ellos Elchico D’Lentes.
Aunque Yonni -¡que coincidencia!, el nombre del protagonista de la telenovela “Dos mujeres y un camino” se llama Johnny…pero él era trailero- les pidió a las dos que lo vayan a recibir, doña Marta dijo que no asistiría al rescate porque “irá la otra”. En otras palabras su punto era: “ella o yo”.
Quiero aclarar que me alegra mucho que Yonni esté sano y salvo, pero también apoyo la actitud de dignidad de su esposa Marta Salinas.
Con afecto,
E.M.A.
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