Este pensamiento está tomado de una canción de Smashing Pumpkins y expresa una cualidad de la vida: que tiene ciclos. Hay subidas, bajadas, a veces se gana, otras se pierde y las cosas del amor no escapan a esta regla.
A la consulta en línea de mi mecánica llegan a menudo casos de personas que se sienten ahogadas por la desesperación. Como ya he escrito en otra parte, cuando algo duele mucho parece como si todo el planeta estuviera tapizado con sufrimiento. Pero, y esta metáfora ya la usé antes también, de las hojas marchitas del árbol crecen nuevos retoños: “El fin es el comienzo…”
Si miramos como se ha ido ensamblando nuestro pasado podremos constatar las formas en las que el dolor de una separación previa dejó abonando el terreno para la siguiente relación. En cualquier caso, conviene tener en mente, sin ninguna clase de dramatismos, que las cosas del corazón están sometidas al cambio, que nada, para bien o para mal, es eterno.
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