Una melodía estilo “disco” comienza a sonar en el viejo radio a transistores que alegra las extensas jornadas de trabajo en está mecánica que asiste a todos los corazones averiados del barrio. Se trata de uno de los aportes musicales que Latinoamérica hizo al género de las esferas cubiertas con espejos: “Pavo Real” de José Luis Rodríguez “El Puma”.
En el año 1979 este interprete que aborrecía de niño -porque pensaba que vestido con su eterno esmoquin sólo se pasaba cantando música patética y llorona para las adictas al sufrimiento, es decir, mis dos primas- emite un manifiesto de liberalidad para amar con ganas y bien. A continuación una interpretación de algunas de las facetas que, en una deliciosa subdivisión de la personalidad, nos mostró el “Puma” en esa canción:
–Hermano bolivariano: “…a todos los que me escuchan… aquí les vengo a dejar un corrillo venezolano que se llama el Pavo Real…”
–Tradicionalista: “…y a las muchachas les digo…¡que aquí me quiero casar!…”
–Poseedor de un espíritu de político populista: “…y ahora mismo les ofrezco –a las chicas por supuesto- cuatro casas por capital, la prenatal, el manicomio, la cárcel o el hospital…”
–Realista y honesto: “…si no cumplo lo ofrecido, nos podemos divorciar…”
–Defensor del estado de derecho: “…para eso existen las leyes que suelen todo arreglar…”
–Severo crítico de la iglesia/doble moral: “…y a usted mi joven le ofrezco una ganga en casamiento…mi vecina, la menor, es más pxxa que un convento…¡es más pura que un convento!”
–Celebrador de las relaciones interculturales: “…a todo negro presente…yo le voy a aconsejar que combine los colores, que la raza es natural…¡heya!…que la raza es natural, que un negro con una negra es como noche sin luna…y un blanco con una blanca es como leche y espuma…todo negro pelo recio con rubia se ha de casar…”
–Propulsor de políticas de crecimiento poblacional y las hibridaciones genéticas: “…¡para que vengan los hijos con plumas de pavo real!”
Ahora les quiero compartir una interpretación que, desde la cumbre del poliéster, J.L.R. “El Puma” ofreció del “Pavo Real”. Los “early eighties” nunca lucieron mejor que en este auditorio a reventar de admiradoras que sepultan a su ídolo con rosas y suspiros. “El Puma” se contorsiona como si del movimiento de sus caderas dependiera el destino del planeta. Una joya de video que ha sido rescatado por “YOUTUBE”.
A bailar y “chévere, qué chévere, qué chévere, qué chévere…¡ah! ¡au!”.
Con afecto creciente,
E.M.A.
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