Estimada clientela que me ha prometido cambiar en este 2011,
Elchico D’Lentes, quien siempre anda enterado de cuestiones muy sesudas, me contaba que con el paso del tiempo en las películas de Hollywood se le ha ido dando una mayor importancia al rostro. Eso quiere decir que lo que se conoce como “el primer plano” ahora tiene una singular preeminencia: los actores interpretan sus roles con el rostro más que con ninguna otra parte de sus cuerpos. Tal moda se complementa con lo que pasa en Facebook: ¡puros rostros aquí y allá! Sin embargo, las cosas han ido aún más lejos…
Hoy en día, la obsesión por el rostro se ha acentuado, al punto de concentrarse en los ojos. Elchico, muy asustado con esta fijación oftalmológica, me ha anunciado que llegará el día en el que las modelos harán su trabajo con las pupilas, las que serán amplificadas en enormes pantallas para la presentación de la colección “Primavera-verano” de tal o cuál modisto.
Considerando la predicción de Elchico y las “tendencias globales”, para no quedarme atrás me puse a hacer una selección de globos oculares que tienen mucho que decir cuando se viran, se ponen estrábicos, miran para abajo y para arriba, pestañean, lagrimean y te clavan una “mirada penetrante”.
Mírenlos “directamente a los ojos” para que experimenten su encanto y entiendan porque esos “ojos matan”:
El Hombre invisible
A él lo puse porque no quiero que desarrolle algún tipo de inseguridad por el hecho de que sus ojitos no se ven, aunque todos sabemos que están ahí.
La Vieja de M
Con estos ojos y esa intensidad esta dama de M podría hacerle bajar la mirada hasta a una gargola y hacer que Rocky Balboa salga corriendo del cuadrilátero en la tercera, cuarta y quinta parte de sus películas.
El ratón Miguelito
Estos ojos son especialmente indescifrables, situación de la que se ha aprovechado “Mickey” con el fin de bularse de su novia, la que desesperada los mira sin resultado para saber si es que le miente o no. Son muy útiles en toda clase de interrogatorios estresantes.
La Chilindrina
Unos ojitos clásicos latinoamericanos que presagian una adultez dedicada al drama y al histerismo.
Martin Feldman
Para el gran final he dejado los ojos de este actor inglés que le van bien a los que padecen de indecisión crónica. También son de utilidad para la gente “multitasking” o multitareas, porque con ellos se le puede “echar un ojo” al BlackBerry mientras se conduce. Cabe anotar que me recuerdan mucho a los de mi amiga Margarita “La Chica Intermitente”.
Con un afectuoso guiño me despido,
E.M.A.
Deja una respuesta