Queridos corazones con alto kilometraje,
Hace poco conversaba con el hombre que le ha dado la espalda a la industria de las cremas y me explicaba que los abordajes románticos han comenzado a migrar de los parques y cateferías a aquel lugar donde conviven las latas de atún con la escobas, la comida del perro con las lechugas, la revista para la “mujer de hoy” con las aceitunas: el supermercado. Dado que nuevos espacios para la conquista implican nuevas formulas de relacionamiento social, con mi amigo decidimos elaborar un pequeño listado de sugerencias para que, entre los estantes que ha levantado la sociedad del consumo, se te haga más fácil acercarte a esa persona que te atrae . Tomen su carrito de las compras y vengan por aquí…
Estrategia 1: “la despistada”
Instrucciones:
agarras el limón más verde de la percha y dirigiéndote a ese chico que te gusta le dices “Esta mañana un lamentable accidente en la ducha afectó mi percepción de las frutas, ¿tendrías la bondad de indicarme si este aguacate ya está maduro?”
Estrategia 2: “el apocalíptico”
Instrucciones:
corres a toda velocidad unas quince vueltas por el perímetro del supermercado hasta quedar sudoroso y agitado; te abres los primeros cinco botones de la camisa; e imitando a Verónica Castro en un pico dramático de la telenovela ‘Los ricos también lloran’, le dices a tu elegida “Acabo de enterarme que el mundo está por sufrir una catástrofe cósmica que cambiará la faz del planeta…¿te parece si compramos juntos los víveres para el refugio?”
Estrategia 3: “la perfeccionista”
Instrucciones:
después de ubicar a qué chico te vas a acercar en el super, con expresión seria en el rostro le cometas que “estoy buscando un paquete de galletas, pero todos lucen igual y hay como doscientos de ellos, ¿me puedes mostrar cuál es el elegido, aquel que viajó de tan lejos hasta esta percha para saciar el hambre de media tarde de mis amigos?
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