Amig@s tod@s,
Al producirse un silencio en medio del intenso trabajo en el zaguán/consultorio y durante las visitas de mis extravagantes amig@s, lo que suena en el ambiente es la música de “El Hombre del mostacho bicolor”. Sí, me refiero a Charly García.
Tanto me identifico con el sicodélicoestambóticoytierno músico argentino que tengo colgada en una de las paredes del zaguán una foto de cuando se aventó a una piscina desde el noveno piso de un hotel en Mendoza, Argentina. Se trata de un afiche holográfico de aquel célebre “salto mortal” –de esos que producen una ilusión 3D porque ofrecen animación al observarlo ladeando un poco la cabeza-.
Nuestro querido Charly ha escrito muchas cosas relevantes acerca del amor. Es así que le dedico este intermedio musical en la mecánica para resaltar aquellas líneas tan sabias que parecen venidas de un médium en trance charlando con el cosmos mientras juntos fuman la pipa de la paz –o tal vez otra cosa…-.
Cuando CH.G. habla del amor es:
Un hacedor de metáforas para el bajo mundo de los afectos: ninguna comparación explica mejor el vínculo de algunas parejas que se aman con obsesión, que cuando Charly canta que “yo soy un vicio más…en tu vida soy un vicio más…¡¿por qué no me dejás?!, si es que tan sólo soy un vicio, ¡tu vicio!” (Tomado de “Tu vicio”).
El músico que sabe como llegarle a las conciencias solitarias: aquí me remito a esas líneas que “El Hombre del mostacho bicolor” le dirige a una querida que naufraga entre la muchedumbre urbana: “no, no puedes ser feliz…con tanta gente hablando, hablando a tu alrededor…cuando estás muy sola, sola en la calle…con tanta gente hablando, hablando a tu alrededor…necesitas alguien que te acompañe…¡estoy hablándole a tu corazón!” (Tomado de “Hablando a tu corazón”).
El único artista latinoamericano al que le consta que a las hadas y otras pequeñas criaturas de la imaginación también les aflige el desamor: “yo nunca ví New York…no sé lo que es París…vivo bajo la tierra…vivo dentro de mí…yo no tengo un espejo…no tengo un souvenir…la lágrima me habla y está dentro de mí…yo sólo tengo esta pobre antena que me transmite lo que decir…está canción, mi ilusión, mis penas y este souvenir” (Tomado de “Chipi chipi”).
Alguien que sabe perdonar con un estilo surreal: “…y curé mis heridas y me encendí de amor…y quemé las cortinas y me encendí de amor sagrado…” (Tomado de “Rezo por vos”).
Ahora apago la radio, miro de reojo a Charly dando su salto inmortal en el afiche y me asomó la ventana listo para que llegue un cliente, afectado por algún mal amor, llegado de otro rincón de la Galaxia o tal vez, nunca se sabe, del centro de la tierra.
Con afecto,
E.M.A.
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