Sorprendida clientela,
Estoy seguro de que el título de este artículo les ha causado una fuerte impresión…
la misma que me causaría a mí. Les cuento que este post tenía como objetivo experimentar con un titular estilo prensa amarillista para saber su efecto en el morbo de los lectores de este blog. Tranquilos, no le voy a contar a nadie que avanzaron hasta aquí para contemplar a el hombre al que todo le resbala en su traje de gala natural, aquel envoltorio epidérmico con el que llegó al planeta tierra hace _ años.
En compensación les ofrezco la imagen de una celebridad que todos conocemos y ha mantenido durante décadas el hábito de andar en público sin calzoncillos. Gente seguidora de una moral de acero no debe ver esto, el resto de desvergonzados hagan clic aquí.
Ocultándome entre las sombras del voyeurismo me despido,
E.M.A
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