Queridos corazones tuneados por el desengaño,
Llegó el momento de hacerle justicia a un personaje que habita en la vecindad cuya dirección nadie conoce, pero a la que todos sabemos cómo llegar. Él se suma al “cuadro de honor” que comencé a integrar hace algún tiempo con el bipolar de Bizarro –para más información favor chequear “El Mecánico del Amor le rinde tributo a BiZarrO”-.
De quien les hablo es de Don Ramón o “Ron Damón”, en caso de que ustedes prefieran la manera en que lo llama el Chavo del 8. Desde el plano romántico, se puede afirmar que Don Ramón es un “amante a la antigua”. ¿Por qué? Hay aspectos en común en la conducta de millones de latinoamericanos desde hace décadas, hoy en día y muy probablemente en el futuro: regresar a ver cuando pasa de cerca una mini falda; poner cara de aletargado frente a una “belleza”; derrochar caballerosidad ante esa misma “belleza”, a pesar de que la mayor parte de día se es un cascarrabias; y adornar a la “belleza” con melosos piropos.
Don Ramón podría ser un “Hombre de Buchanan’s” pero le falta el smoking, el helicóptero, el auto clásico de lujo, el chofer, el dinero, las fichas para jugar ruleta en el casino, la pinta, el “charm”, “la rubia”, “la morena”, etc., etc., etc. De paso, resulta que “El Hombre de Buchanan’s” es un conocido de mi amigo Elchico D’Lentes. Él me ha indicado que la última vez que se lo vió fue en algún punto de los ochentas. Sucede que las feministas iniciaron una cacería para acabar con él y ahora vive su exilio junto a mi querido “El Hombre de las Nieves”. En este comercial se puede ver porque se hizo tan famoso.
Ahora, volvamos a Don Ramón. Él sin darse cuenta se ha convertido en una ícono de la lucha anticapitalista y la acumulación pues no le gusta trabajar, no paga la renta “desde hace catorce meses”, elude al burgués de Don Barriga y es muy bueno para arruinar iniciativas empresariales –por ejemplo el negocio de venta de churros de Doña Florinda-.
También es un personaje muy ecológico porque consume poco: siempre anda vestido con la misma ropa; usa velas en la casa; le gusta reciclar, por eso trabajó como “ropavejero”; y ha decorado su departamento con un estilo “minimalista”.
Por último, quiero resaltar que en esencia cada hombre es Don Ramón. ¿No me creen? Googleen sus imágenes y encontrarán quién era verdaderamente Michael Jackson, Jim Morrison, Rambo, Bin Laden, Supermán, Che Guevara y Ronaldinho.
Por estas razones sólo me resta decir: ¡que viva mil veces Don Ramón!
Con aprecio,
E.M.A.
Deja una respuesta